Repetimos partido, repetimos actitud y repetimos crónica. Si el partido pasado en Zumárraga jugábamos al 60%, este sábado en casa lo hacíamos a un porcentaje igual o menor. Basta decir que hubo gente en la grada que se fue viendo lo que se veía. Tuvimos una primera parte espesa que fue todo un narcótico para los aficionados. Nosotros no jugábamos así o quizás habría que decir, nosotros también somos capaces de jugar así. Y a las pruebas me remito. No llegábamos a los rechaces, no llegábamos a dar un buen pase y cuando podíamos hacer algo, la precipitación nos desbordaba. Lentos, tardíos e imprecisos. Así se superó la soporífera primera parte, teniendo que reseñar tan solo una gran ocasión de Rivera en el minuto veinticinco y una respuesta del Segura en el treinta y cuatro con un balón al larguero. Decir también que nuestro rival lanzo seis córneres y nosotros tan solo uno. Comenzó la segunda parte y se vislumbraba otra cosa, quizás las palabras del “Míster” habían surtido efecto. Había más presión y más velocidad. Y el gol llegó. En segunda jugada, le llega el balón a Omar que desde fuera del área lanza un buen disparo que se cuela en la portería rival, 1-0. Era el minuto cincuenta y nueve y este fue el minuto de inflexión. El gol nos dio alas, comenzamos a controlar el juego y el partido. Los cambios multiplicaron la velocidad de juego y pasamos a dominarlos. Tuvimos que esperar hasta el minuto noventa y dos, cuando llego el merecido premio (gol) al trabajo realizado por Musti y Adil. Musti se va con su rapidez por la banda derecha y le pone un balón para solo empujarlo a Adil y este pone el broche final al partido con el 2-0 instantes antes de que el árbitro diese por concluido el encuentro. Buenos los tres puntos, pero hay que volver a encontrar el “rumbo” y nuestro juego. La clasificación está clara, pero tenemos que hacer de nuestro buen juego una constante. La próxima semana nos toca descanso, haber si ponemos nuestras ideas en claro y volvemos a retomar la fuerza y actitud de anteriores partidos.